¿Existe el destino en el amor?

Por Daniel Fajardo

 pca8309

Es una pregunta fuerte de inicio cuando muchos de nosotros no tenemos una idea acerca de lo que es el destino.

Para algunos es una historia escrita que simplemente hay que vivir, para otros, lo que construimos nosotros mismos, pero cuando usamos este término en el plano del amor, lo utilizamos mucho cuando una historia parece repetirse una y otra vez.

Algunos afortunados, con relaciones casi perfectas, todos los novios (as) son parece ser hechos a la medida de una persona aunque también existe el lado contrario, donde por más que uno lo intenta, pareciera estar destinado al fracaso, a que siempre le pongan el cuerno o peor aun, siempre sea ella (él), al final el más lastimado. 

Una anécdota

En alguna ocasión platicaba con una psicóloga precisamente acerca de este tema, hablábamos acerca de un amigo que siempre sus novias lo cortaban y peor aun, siempre todas lo engañaban con alguien más.

Era curioso el caso, y después de su explicación estoy seguro de porque hay muchos casos parecidos. Me comentó la psicóloga que le ponían el cuerno porque en su subconsciente él quería que se lo pusieran. Que siempre en sus relaciones ocurriera lo mismo, pues hablaba de que había una frecuente en esos fracasos, y como la única constante que podemos hallar en todos los casos era mi amigo, pues tenía un poco de sentido este argumento.

Reflexioné un poco acerca del mismo, como quizás en este momento tú lo puedas estar haciendo, y pensaba en mis relaciones fallidas y curiosamente encontré en algunas, actitudes de mi parte que también  habían favorecido en su momento el fracaso de esas relaciones, actitudes que con el tiempo cambié, pero que en su momento si eran frecuentes motivos para el fracaso de una relación, después aconsejando algunos amigos (as), empecé a notar como la palabra destino se usa frecuentemente para justificar muchas veces los fracasos y que muchos de ellos, como mencionaba mi amiga, se debían precisamente a una predisposición nuestra.

¿Sabemos amar, o somos mártires en una cruz?

Para poder hablar de un destino afortunado en el amor, creo el primer paso es ejercer el amor, y aquí una pregunta ¿sabemos amar? ¿cómo podemos hablar de un éxito en el amor sino sabemos lo que es amar?

Cuando amamos de verdad nos entregamos a otra persona y lo damos todo por la persona que amamos, sin pedir nada a cambio…

Los puntos suspensivos quedan ahí por la tontería que muchas veces cometemos al entender esta frase sólo de esa manera, ¿no debemos pedir nada a cambio?

El amor es un compromiso, veamos dos analogías, ¿cómo quiero hablar de un gran partido de tenis, si voy a jugar con una pared?, si la pared sólo rebotará la pelota con fuerza cuando yo lo haga con fuerza, despacio cuando lo haga de esa manera y al final sucederá lo mismo que ocurre con un niño y balón de fútbol pateando una pared, a los 20 mis se aburrirá y regresará a casa.

Viajemos a través del tiempo y presenciemos la crucifixión de Cristo y veámosla como un acto de amor y agreguemos nuevamente nuestra frase especial:

Cuando amamos de verdad nos entregamos a otra persona y lo damos todo por la persona que amamos, sin pedir nada a cambio…

Si fuera así, estaríamos viendo no un acto de amor, estaríamos viendo a un martir totalmente, no podemos darlo todo sin exigir nada a cambio.

No podemos jugar ante una pared y sólo ser nosotros los que sostengamos una relación, el primer paso para hablar de un “destino” en el amor, cae en que nosotros debemos elegir a la persona a la que queremos amar y que sabemos nos amará.

De lo contrario, no podemos quejarnos de una relación que de entrada estaba destinada a fracasar como algo del destino. Cuando simplemente buscamos desahogar nuestro amor y sentimiento, lo haremos aunque no necesariamente encontraremos a la persona ideal para ello.

Pero no justifiquemos este fracaso cuando yo no estoy dispuesto a exigirle a la otra persona que reaccione, que me amé como yo lo haré. No hagamos dispareja la relación de entrada, no nos hagamos los mártires y vayamos a morir simplemente a una cruz, pasar a la historia como una persona que amó sin esperar nada a cambio.

Cuando analizamos, no necesariamente desde el punto religioso, el acto de amor de Cristo, lo entendemos como un acto de amor porque él muere por sus amigos, les entrega lo más valioso que un ser humano puede tener, la vida, y ¿no crees que exigió algo a cambio?, pues claro que sí, como tu lo debes hacer cuando amas a alguien de verdad.

Muchas veces nos volvemos mártires de nuestra relación, nos volvemos un niño con un balón en una pared donde depende 100% de él si el juego es divertido o no.

¿Cuántas veces has dado todo por amor?, ¿cuántas veces has aceptado el reto de buscar a alguien a quien le puedas exigir pero además te exija a ti también?

Cobardía disfrazada de amor, la excusa que nadie puede sospechar

Con la última pregunta, podemos hablar de un tema que nos lleva a crearnos nuestro propio destino, la verdad es que muchas veces nos da miedo enamorarnos, pero porque no hemos sabido entregar nuestro amor, como si fuera barata lo damos a cualquier persona, y un fracaso siempre deja una huella en nosotros.

Si un niño cae dos, tres, cuatro veces, ¿no tendrá miedo de caer una vez más?, pero si los demás le dicen que lo debe hacer, ¿cuántas veces más puede fingir esa caída para no enfrentar el verdadero reto?

¿Cuántas veces prefieres simplemente fracasar en una relación por sólo decir que el amor no es para ti cuando en verdad nunca lo has querido intentar?

El fracaso puede ser un aliado cuando en ti existe el miedo, relacionarte con alguien que sabes fracasará contigo, causa menos dolor que darlo todo por alguien y al final termine contigo.

Nos gusta dramatizar cuando nos enfocamos en esto, todos tus amigos (as) te dicen ¡no andes con él (ella) es un ojo alegre!, tu dices no ella (él) me quiere y yo con amor lo voy hacer cambiar, dos meses después se confirma que lo vieron en un antro, plaza comercial o restaurant, con alguien más ¡Dios que mala suerte!, ¡siempre me ponen el cuerno!

¿será?..

Infunde en tus miedos tu destino y hazlo realidad

El miedo nos lleva a veces también ha construir esa realidad, el antecedente en nuestras relaciones determina mucho el ritmo de las que vendrán después.

Te pusieron el cuerno, ¡ahora se más precavido!, desconfía y vuélvete un celoso (a)

Tu pareja no mostraba interés, ¡hazte del rogar siempre que puedas!, que ella (él) te busque.

 

Cuantas frases como estas podemos tener como predeterminadas en nuestra relación, como maneras de llevarla, frases que si te fijas están infundadas mucho en los miedos que traemos cargando de anteriores relaciones, y cuando no lo podemos superar del todo, buscamos muchas veces repetir esa historia y a manera de venganza quizás, ser nosotros en esta ocasión los verdugos de alguien más.

Cuando presionas a otra persona en tus miedos los vuelves realidad, imagina la típica escena de celos frecuentes, donde ella (él), te sigue a todas partes, te llama en todo momento y busca seguir tus pasos. Buscando esa supuesta infidelidad, hartando tanto a la otra persona que al final, sí termina dejándote y andando con alguien más que sí la (lo) valora.

Y al final como genio (a), la gran frase aparece ¡Lo sabía, me ponía el cuerno!

¿Recuerdas cuántos miedos has puesto en tu relación y con tus actitudes los has convertido en realidad?

Final Karmático

Mas que pensar en un destino, creo debemos comprometernos más en nuestras relaciones, ya que hablamos del “destino” en una relación sigamos la misma línea y hablemos del “Karma”, cosas buenas atraen cosas buenas, ¿quieres que tus relaciones sean de éxito?, trata a las personas como quieres que te traten, busca a una persona que sabes te va a querer, no regales tu amor a cualquier aventura, da lo mismo que puedas exigir, trata a tu pareja como lo que es, alguien único y especial, no existen las recetas en el amor, cada quien es diferente y es así como debemos tratar a las personas.

No hay gran ciencia para repetir una historia porque ésta, si tú lo decides puede ser de éxito, ¿crees en el destino? Pues termino mi artículo de esta semana con una frase que ayudará seguramente a que tengas ese destino que mereces:

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
Albert Einstein