Por L.C. Daniel Fajardo
La última participación de la selección mexicana despertó un gran número de críticas debido al resultado que se obtuvo frente a una selección relativamente “menor” a la nuestra, Venezuela.
Independientemente del resultado el partido llevaba su alta dosis de morbo, muchas de ellas centradas en el guardameta nacional, Memo Ochoa, quien nuevamente tras una salida mediática (en medio de declaraciones y polémica) del equipo tricolor su regreso sería con mas pena que gloria.
Durante el partido las críticas llovían por las redes sociales y al momento del gol un climax de declaraciones se vio culminado hasta varias horas después del partido, todas cuestionando la participación del guardameta como el representante bajo los tres palos del equipo tricolor.
Sin duda creo que fue el final para Memo Ochoa que más allá de lo deportivo ha sido condenado mediáticamente y como él podemos encontrar diversos casos de jugadores que un día han sido héroes y otras villanos.
Javier Aguirre, Ricardo Lavolpe, Kikín Fonseca, Bofo Bautista, los más recientes crucificados en el valle de la opinión pública donde el jugador número 12 muchas veces tiene poca memoria y que un día saca en hombros a un jugador por un gol ocasional y castiga por el más mínimo error humano que afecte el espectáculo.
Lo curioso es lo voluble que es la afición en México, ¡gracias a Dios Chicharito no juega en México y los grandes se hacen fuera! Porque los grandes jugadores que han hecho historia lo han logrado en la cancha y fuera de ella, con sus actitudes, humildad y visión del juego. En México inflamos a jugadores que son divos y tienen un nivel muy bajo, apoyados por los medios de comunicación acabamos con muchas carreras llenándolas de soberbia y presión social, todos ellos con el mismo destino, el fracaso.
Era curioso ver a muchos pseudomexicanos esperando con ansia el momento en que Memo Ochoa fallara, que Ricardo Lavolpe fuera eliminado, que x jugador fallara el penal, para celebrarlo como si hubiéramos ganado el mundial y con una sonrisa en el rostro decir ¡se los dije!, ¡jugamos como nunca y perdimos como siempre!, ¿Con quién estamos entonces?
La fama en este deporte puede estar distorsionada con tantos escándalos cada vez más importantes que la trayectoria deportiva, que si Carlos Vela sale con muchas artistas, que si Belinda es novia de Giovanni o que si el “Cuau” declaró sobre tal cosa.
La selección no ha sido la excepción, que si el “Chepo-tour” era lo indicado, ¿por qué mandar jóvenes a la Copa América? O ¿por qué convocar a un jugador?
La afición también ha sido infectada, viviendo con una falsa pasión la entrega a un equipo, poniendo en peligro a muchas familias que asisten a los estadios, realizar destrucción de propiedad ajena y más.
Las historias de héroes o villanos en el fútbol las escribimos los 12 jugadores que participamos en este juego, y todos somos protagonistas, jugadores, directivos y afición son representados durante 90 minutos en un campo de fútbol, cuando perdemos, perdemos todos y muchas veces la derrota se obtiene antes de entrar a la cancha, cuando las declaraciones de miles de mexicanos no están con el equipo nacional, cuando las actitudes son pesimistas y las burlas sustituyen a las porras en las gradas o tras los televisores.
¡Jugadores a la cancha a dar resultados!, ¡afición apoyar con corazón al equipo!, ¡medios a narrar y analizar los encuentros! Y ¡porras háganse sentir en los partidos!, ¡todos somos un equipo y como tal podemos ser héroes o villanos!
