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Legislar ¡para qué!

Las historias fantásticas que ocurren en nuestro país han conseguido evidenciar que las medidas propuestas por el gobierno además de absurdas y fuera de lugar, sean cada vez más ajenas a un México que requiere medidas de fondo y pensadas en resolver los verdaderos problemas de la sociedad.

El actual sistema plantea resolver en primera instancia la agenda que tenga que ver con intereses netamente políticos, y el valor para medirlos serán desde fórmulas populistas que puedan traducirse en votos, limitar otros partidos y exhibirlos como organismos que no pueden resolver asuntos de interés publico.

Las acciones solamente parecen tener como objetivo crear una imagen que haga ver a nuestros funcionarios como personajes activos aunque las causas que persigan o aparentemente solucionen en realidad nada tengan que ver con los verdaderos problemas de los mexicanos.

El caso de la propuesta para ampliar horarios en antros y bares del DF, es uno de los mejores ejemplos para evidenciar el comportamiento ajeno de nuestros legisladores; el caso en un primer momento había recibido un supuesto carpetazo pero a la fecha, la disputa sigue en la asamblea del DF ¿Qué mueve a los legisladores para mantener esta discusión absurda sobre la mesa?, ¿acaso habrá como es costumbre intereses económicos de fondo?, quizás la respuesta sea más lógica que la misma interrogante, y tenga que ver con el segundo cuestionamiento mencionado.

Las propuestas insostenibles sugieren la colocación de detectores de metales y mayor seguridad, pero si en el caso Cabañas bastó con que el responsable de registrar a los clientes decidiera no hacerlo por igual con todos, ¿quién puede asegurar que los detectores de metales estén prendidos todo el tiempo?

Hay otros temas dentro de la agenda que deberían ser tratados como puntos relevantes y de mayor interés para la sociedad, nuestros legisladores están trabajando en una ley que permita a final de cuentas promover el ocio en nuestra sociedad más allá de buscar resolver intereses públicos.

La sociedad cada vez señala con mayor fuerza estas acciones, cada vez está más harta de esta situación, hoy sólo se queda como un señalamiento, pero ¿qué pasará cuando llegue el día que sea un golpe sobre la mesa?

El país está viviendo una gran crisis que como cáncer se ha prolongado a diferentes espacios, antes era el económico, ahora también es en lo cultural y lo social.

Los anticuerpos sociales que el mismo sistema ha diseñado a través de la democracia para poder sostener a éste parecen cada vez más lejanos y se vuelven lentamente parte de este problema,  frases dichas como las del Sr. Marti ante el secuestro de su hijo suenan con más fuerza, “Si no funcionan que dejen su cargo”, y que sumados a los grandes logros de los legisladores en los últimos años pasarán de ser simples denuncias a verdaderas demandas.

Poco a poco las respuestas legislativass ante los problemas que nos aquejan están quedando fuera de las manos de quienes las deberían tener, una policía corrupta y unos legisladores poco efectivos vs. la justicia de mano propia, afectados convocando medios de comunicación y realizando investigaciones de propia cuenta para resolver casos de secuestros, acciones de resistencia civil, por mencionar muy pocas.

Si la sociedad está encontrando sus propias soluciones, los legisladores deberían pensar que en muy poco tiempo llegará un punto en que la poca credibilidad en los funcionarios públicos sea el principal argumento para que todos los mexicanos en una voz generalizada tomen un camino sin retorno bajo el lema, legislar ¡para qué! Y ahora sí entonces, ¿qué vamos hacer?